Atrás

ACTUACIÓN INTENSIVA EN CONVIVENCIA

ACTUACIÓN INTENSIVA EN CONVIVENCIA

ACTUACIÓN INTENSIVA EN CONVIVENCIA ESCOLAR EN EL IE SEVERO OCHOA

El 30 de Enero celebramos el Día Escolar de la Paz y la No violencia. El Colegio Ramón y Cajal y el IE Severo Ochoa, hemos aprovechado para tener una acción intensiva a favor de la Convivencia ayudados por Arancha Alzugaray y Vanessa Ramajo, de la Asociación  REA – Salamanca, que vela por el bienestar de niños y jóvenes.

Después de haber intervenido en el Colegio, han pasado por todos los grupos de la ESO el miércoles, 29 de enero. A través de ejemplos sencillos, diálogos u otros recursos, veamos qué hemos aprendido.

El conflicto forma parte de la vida en común. Tenemos distintos criterios, distintos gustos, opiniones y reacciones ante las situaciones. Es fundamental aprender a respetar esto. Que haya conflicto es algo, por tanto, natural. Lo importante es qué hago yo con ese conflicto. Enredarse en discriminar qué es exactamente lo que ha ocurrido (¿quién ha empezado?) puede no ser el núcleo de la solución. Cambiemos el enfoque mirando adelante: ¿qué podemos hacer para solucionarlo?, ¿podemos hacerlo solos o necesitamos ayuda?, ¿cómo nos sentimos ahora y cómo nos sentiremos después?

Es imprescindible para convertir el conflicto en una oportunidad que existan al menos dos cosas: reconocimiento de mi responsabilidad y voluntad de cambio. Por último, parece que los medios electrónicos están haciendo que sintamos mucho menos ante el dolor de otros; estamos normalizando el que se sientan mal. Es bueno que intentemos ponernos a nosotros mismos o a nuestros seres queridos en esa situación y ver si actuaríamos con esa indiferencia, y sobre todo, saber cómo podemos ser parte de la solución y no del problema.

En la charla a familias hemos visto cómo los distintos modos de educar a los hijos dan lugares a distintas reacciones de ellos ante las situaciones sociales: un patrón muy autoritario tiene muy en cuenta la responsabilidad y poco el afecto; justo lo contrario que un estilo más permisivo. Los hijos / alumnos deben crecer en ambas cosas: expresar sus emociones les ayudará, pero también poco a poco ir asumiendo sus responsabilidades.

En el Equipo de convivencia hemos aprendido la necesidad de introducir las Prácticas Restaurativas en la resolución de conflictos que se dan entre nosotros: la necesidad de repararnos unos a otros cuando hemos sido "rotos", como el jarrón japonés que nos ha enseñado a casi todos Vanessa. Reparar consiste en discriminar juntos qué necesitamos para avanzar y para sentirnos mejor después de lo que haya sucedido

Cogeremos el testigo para dar continuidad a esta intervención. Sabemos que en el día a día surgirán "roces", pero queremos aprender a poner los sentimientos del otro y la búsqueda de soluciones en el centro de mi preocupación,  dejando atrás mis negativas ("yo no hice nada"), las acusaciones mutuas ("fue él") o mi indiferencia ("yo no tengo nada que ver con eso").  Todo empieza por algo muy sencillo: reconocer que -como parte de esta comunidad- siempre tengo una responsabilidad, incluso cuando no hago nada.

Siempre adelante.